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O sea, tampoco así

O sea, así de "San Antonio, dame un novio" no, no tanto. Pedir un novio es un poco mucho, es como pedir la lotería o estar flaca como una Miss venezolana. Laura solo pido un vistazo, un encuentro, ¡verlo de nuevo! ¿Qué tanto?

 

Y es que desde que conoció su héroe lo único que desea es topárselo, un toponcito, un choquecito.

Algunos ejemplitos que fantaseaba, lee bien, San Antonio:

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De cómo Laura le pide a San Antonio volver a ver a su héroe.

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Solo pide un contacto. Eso sí, uno bonito, un encuentro en el que no esté recogiendo la caca de Motti o sonándose la nariz, y en el que él no esté tan distraído como para seguir como si nada. Y bueno, es importante, San Antonio, es francamente relevante que él tenga capacidad de reconocer a Laura, de recordarla. Debe pensarla estos días.

 

Y es que ha pasado una semana y no lo ha encontrado. Ha vuelto dos veces por día con Motti al lugar donde lo conoció, y nada de él. Ha vuelto al lugar donde le cayó la pintura y él la salvó y está todo menos él. Ha visto potes de la pintura ridícula, ha visto el andamio o la plataforma del infierno, juraría que hasta reconoce a los obreros del mal, pero del galán ni el rastro. Por suerte tampoco ha visto al mequetrefe preadolescente con su revista pegoste porno terrible.

 

"San Antonio, no es mucho lo que pido, solo un encuentrico. ¿Me concedes?", pensaba Laura. Ah, y también pedía una apuradita, pues realmente creía que mientras más días pasan más probable es que caiga en el olvido de su galán.

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AND THEEEEN...

¿Quieres saber qué pasa? Bueno, chismea acá mismito, era trampa, no hay más texto, jeje.

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  • Que estén en el súper y ¡oops! el carrito de compras de Laura le roza al chico, que "disculpe", que "no se preocupe" y se besan para siempre.

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  • O que descuidadamente las bolsitas de Motti se le caigan, y el rollito rebote y se desarme con enorme belleza hasta él, justo hacia el lateral de su zapato izquierdo, él se agacha y la ve, desde abajo. Laura entonces tiene el atardecer detrás, se ve su silueta y el brillo tenue de su pelo peinadito.

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  • ¡Otra! Que él está buscando una calle, medio perdido, y la ve. Laura está escuchando una nota de voz y riendo con gracia, él se acerca a preguntarle por el lugar queda nervioso de que es ella, la chica del perro blanco maravilloso.

 

 

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