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Estúpido Netflix

De cómo Netflix motivó que Laura viera a su héroe en Telcel

"Eso me pasa por distraída", se repetía. Y es que Laura tenía por religiosa costumbre llegar a casa (como al trabajo), apagar los datos móviles y prender el Wifi. Con esa simple regla ¡pum! ahorro máximo, así de fácil. Pero ese día se distrajo, bueno, es que Mottito la recibió con su pelota naranjita en el hocico y bueno, ¿cómo podría aguantarse de jugar y recordarle sus comandos (Sit, Patita, La otra patita, Down)? Luego ya se puso ropa cómoda, se preparó la sopita Maruchán (Checa su Googleazo del otro día a las 11pm) y listo, al saco, a la cama con su amigo Netflix.

 

Un solo capítulo de Crazy Ex Girlfriend, que por cierto está loquísima esa chava, Laura no se identifica con ella, es importante que les quede bien clarito. Un solo capítulo de la chava pelirroja y demente y se acabaron los datos del plan mensual. Como aún quedaba medio mes por delante y la tarifa extra datos es carísima, y más encima tenía ya un par de meses razonando que se arrastraba una semana para lograr terminar el mes sin pasarse, decidió pagar más (aún más, ladronzuelos de Telcel) por un plan mejor.

 

Fue a su hora de almuerzo, pensando que sería rapidito, pero entonces sucedió todo. En la sede Telcel, ¿quién diría?

 

Se había cansado de pasar por la calle de la construcción y todo estaba al ladito, en el centro comercial, mira tú. Pidió su numerito y se sentó a esperar. Había que esperar diez turnos, así que como le encanta, se sentó a hacer "People Watching". Pensaba:

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EL DEL MÓDULO 7

 

Un momento. El-del-puesto-7. No lo ensoñaba, no era su mente recordándolo, ahí estaba SU GALÁN, SU HÉROE (de cómo Laura conoció su héroe, o al menos un héroe). Su doctorado en soltería le hizo apreciar lo más importante para poder continuar su idilio; sí, sin anillo de matrimonio.

 

"Prosigamos", pensó, y por un segundo su mente cantó como la mujer de este videíto desde el segundo 30.

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En esos rayos de autoconsciencia miró para abajo y notó que estaba sentada desgarbada, encorvada, sacando la barriga, con las piernas desparramadas. Todo menos elegante. Se incorporó, se puso derecha, cruzó las piernas y se pasó los dedos por detrás de las orejas, peinándose.

 

Miraba fijamente, dejaba de mirar, miraba distraídamente, bajaba la mirada. ¿Qué hacer? Tanto que quería verlo. Tanto que le pidió a San Antonio (De cómo Laura le pide a San Antonio volver a ver a su héroe.), aunque al final fue Netflix, su amigo fiel, quien lo acercó a su héroe, pero ¿Ahora qué?

 

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¿Qué hace Laura?

Ayúdala a decidir:

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Wow, la del puesto 2 tiene un problema de identidad. Se te nota demasiado, que ese rubio Gwen Stefani es falsísimo, de peluquería, mi amor.

 

​Alguien debería decirle a la analista o vendedora del puesto 3 que tener la ropa tan apretada no es sexy sino ordinarito, y que ese botón del busto que amenaza con explotar le hace un flaco favor a su figura no tan gordita.

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Uh, ¿el del puesto 4 acaba de despertar o qué?

Amigo, qué mal, las lagañitas no están de moda.​

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¿Qué edad tendrá el del puesto 5? Está grandecito para la gracia y la grasa facial. Podría recomendarle la marca que aniquiló mi acné en la prepa.

 

La chava del 6 se ve buena onda, o sea no le caería mal una peinadita, ¡uy! y cómo que le gusta el del puesto 7, ¿no?

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